Exámenes acabados. Por fin. El resultado mejor no mentarlo por estos lares, no vaya a ser que algún familiar lo lea y pueda empezar a alarmarse. ¿Estará todo el día de fiesta? ¿Estudiará? No. Está claro. Las nuevas generaciones de jóvenes queremos vivir sin dar palo al agua. Es broma.
Vamos por partes. La crisis. El otro día me preguntaba un compañero de la residencia: "¿Pero esta crisis económica a qué se debe?" Respuesta: si te supiera responder a esta pregunta, no estaría acompañándote a comprar a un centro comercial. Sin venir esto a cuento, sigo con este tema. Las cosas se han puesto mal. Mis padres me han ocultado alguna cosa para que estuviera tranquilo, pero el panorama no es bastante alentador. Mi madre se va al paro. Mi mejor amigo lleva dos meses sin cobrar. El coche de otro amigo fue robado y apareció a la semana siguiente. En la empresa de mi padre aguantan con dos empresas que les surten de pedidos. Sabe Dios que ocurrirá. Por ahora, solo queda apretarse más aún el cinturón.
Los amigos. Mejor que nunca. Tres tardes (con la de hoy) inolvidables. Despreocupación total. Bromas. Risas. Viajes por La Rioja. Secretos. Anécdotas. No se puede pedir más. Esta minisemana valdrá en el futuro como impulso para alcanzar cotas ahora mucho más asequibles. Pequeño periodo de reflexión y de tranquilidad extrema. No he tocado un libro. No he mirado nada de clase. Todo será diferente cuando vuelva mañana por la mañana a Madrid. Allí otra vez el ritmo de vida aumentará vertiginosamente y la rutina me volverá a absorber. Me queda el consuelo que en quince días más o menos llegará "la calor".
Egopost, como los titula nuestro amigo Íñiguez.
Nueva visita
Publicado por
Manuel Martín
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18 de febrero de 2009
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